Formación y requisitos legales de vigilantes y auxiliares

Imagina que organizas un evento con cientos de personas o gestionas un centro logístico donde entra y sale mercancía a diario. Todo parece bajo control hasta que, de repente, ocurre un imprevisto: una emergencia médica, un intento de acceso no autorizado o un simple conato de incendio.

En ese momento, la diferencia entre contar con un auxiliar de seguridad bien preparado o con alguien sin formación es enorme. Y la responsabilidad, por supuesto, recae sobre ti.

En el sector de la seguridad privada se habla mucho de vigilantes y auxiliares, pero pocas veces se explica qué formación tiene cada uno, qué exige la ley y cómo garantizar que la persona que está en la puerta no sea un riesgo para tu empresa.

Quédate, porque aquí te vamos a contar de forma clara cuál es el papel de cada figura, qué requisitos deben cumplir y cómo la formación continua marca la diferencia entre un servicio básico y una seguridad en la que realmente puedes confiar.

Diferencias legales entre vigilantes y auxiliares de seguridad

En España, la seguridad privada está regulada principalmente por la Ley 5/2014 de Seguridad Privada. Esta norma establece con claridad quién puede trabajar como vigilante y cuáles son sus funciones, y diferencia a esta figura de los auxiliares de seguridad.

Un vigilante de seguridad solo puede ejercer si ha obtenido la Tarjeta de Identidad Profesional (TIP), tras aprobar pruebas físicas y teóricas y completar un curso oficial en una academia homologada. Su papel es activo:

  • Vigilar instalaciones.
  • Controlar accesos.
  • Proteger bienes y personas.

Incluso colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando la situación lo requiera. Todo esto está respaldado legalmente, y es lo que garantiza que hablamos de un profesional preparado y autorizado.

Por otro lado, los auxiliares de seguridad no tienen la obligación legal de contar con TIP. La ley los sitúa como personal de apoyo: pueden ayudar en el control de accesos, la supervisión de cámaras o la atención al público, pero no pueden realizar intervenciones propias de un vigilante acreditado.

Aquí está el punto crítico: aunque la normativa no les exige la misma acreditación, en la práctica su papel es decisivo. Un auxiliar mal preparado puede convertirse en una brecha, mientras que uno formado correctamente se integra en el engranaje de la seguridad para reforzarlo.

Piensa en la entrada de un centro comercial. El auxiliar de seguridad comprueba que las visitas estén registradas y vigila las cámaras, mientras que el vigilante, acreditado con TIP, está preparado para actuar si ocurre un incidente. Ambos son necesarios, pero cada uno tiene su marco de actuación.

Formación inicial: qué se exige y qué conviene

Vigilantes de seguridad

Para trabajar como vigilante no basta con ponerse un uniforme. La ley es clara: primero hay que pasar por un curso oficial de unas 180 horas en una academia homologada por el Ministerio del Interior. Es un programa intenso, con teoría y práctica, y se parece más a una formación profesional que a un simple trámite. En Castilla la Mancha hay varias, una de ellas es Academia de Seguridad Castilla.

Después llega el examen. Por un lado, pruebas físicas: resistencia, agilidad y fuerza en brazos. No se busca que sean atletas olímpicos, pero sí que puedan responder si toca correr detrás de alguien, sujetar a una persona o aguantar una situación de tensión.

Por otro lado, está la parte teórica, un test que cubre desde normativa de seguridad hasta primeros auxilios. En resumen: deben demostrar que saben la ley, que entienden cómo actuar en situaciones de riesgo y que tienen la preparación física mínima para hacerlo.

¿Y qué significa todo esto para ti como cliente? Que cuando tienes un vigilante en la puerta con su TIP (Tarjeta de Identidad Profesional), sabes que esa persona ha superado un filtro serio. No es un improvisado: ha pasado por formación oficial, exámenes y está reconocido por el Ministerio.

Esa acreditación es tu garantía de que no estás dejando la seguridad de tu empresa en manos de cualquiera.

Auxiliares de seguridad

Aquí la normativa cambia: la ley no les exige esa acreditación oficial. ¿Quiere decir que cualquiera puede ser auxiliar? En teoría sí, en la práctica no debería ser así.

Piensa en ellos como la primera línea de apoyo: controlan accesos, supervisan cámaras, atienden a visitantes. Si no saben cómo reaccionar ante un imprevisto, se convierten en un problema en lugar de una ayuda.

Por eso, aunque la ley no obligue, lo recomendable es que un auxiliar pase por cursos de control de accesos, uso básico de cámaras de vigilancia, primeros auxilios y gestión de emergencias. Algunas empresas lo dejan al azar; en Tecnosecurity no.

Todos nuestros auxiliares reciben formación interna adaptada a cada cliente: desde cómo actuar ante un incendio hasta cómo tratar con respeto y firmeza a una persona conflictiva.

Imagina un caso real: suena la alarma de humo en un almacén. El vigilante aplica el protocolo y avisa a emergencias.

El auxiliar, en lugar de quedarse bloqueado, sabe cortar el acceso al público, guiar a las visitas hacia las salidas y traer el extintor al punto que indica el vigilante. Ese trabajo en equipo reduce riesgos, acelera la respuesta y evita que el caos se multiplique.

Reciclaje anual y nuevas exigencias en Castilla-La Mancha

La formación de un vigilante no termina cuando obtiene la TIP. Por ley, cada año debe realizar al menos 20 horas de reciclaje en un centro homologado. No es un capricho administrativo: es la forma de asegurarse de que, con el tiempo, no se pierden reflejos ni se queda atrás en protocolos.

Durante esas sesiones se repasan materias clave como procedimientos de emergencia, normativa vigente, primeros auxilios y uso de medios técnicos. En pocas palabras, es una puesta a punto anual que garantiza que quien cuida de tu empresa sigue estando preparado.

En Castilla-La Mancha, este reciclaje se ha reforzado en los últimos años con un enfoque más práctico: actualización de protocolos de actuación en emergencias, formación en nuevas tecnologías de vigilancia (sistemas digitales, control remoto de accesos, cámaras inteligentes) y contenidos orientados a mejorar la coordinación con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Al final, no se trata solo de repetir lo aprendido, sino de incorporar lo nuevo que aparece en el sector y aplicarlo en el día a día.

¿Y qué ocurre con los auxiliares de seguridad? La ley no les obliga a reciclarse. Pero en Tecnosecurity creemos que no tendría sentido formar solo a la mitad del equipo. Por eso, ampliamos este plan de actualización también a los auxiliares.

Así, todos —vigilantes y auxiliares— entrenan juntos, manejan los mismos protocolos y conocen las mismas herramientas. Esto evita la típica situación de que unos saben actuar y otros se quedan atrás.

Para ti como cliente, el beneficio es evidente: un equipo más coordinado, actualizado y preparado para cualquier situación.

Un incendio, una evacuación, un fallo en el control de accesos… cuando todos han pasado por la misma formación, la respuesta es rápida, ordenada y mucho más eficaz. Y eso, en seguridad, se traduce en algo muy simple: menos riesgos y más tranquilidad.

Certificaciones y seguros que protegen al cliente

Piensa en la seguridad como en conducir un coche: no basta con saber arrancar y girar el volante. Necesitas un carnet de conducir que demuestre que has pasado por clases y exámenes, y un seguro que te respalde si algo sale mal. En nuestro sector ocurre lo mismo.

Ese “carnet” es la TIP (Tarjeta de Identidad Profesional). Solo los vigilantes que la obtienen tras su formación y pruebas oficiales pueden ejercer legalmente. Es la garantía de que detrás del uniforme hay un profesional reconocido por el Ministerio del Interior.

El otro pilar son los seguros obligatorios de responsabilidad civil y accidentes. ¿Qué cubren? Lo esencial: daños a terceros y protección al trabajador si sufre un percance en el servicio. Para el cliente, esto significa tranquilidad: un problema durante la vigilancia no se convierte en un quebradero de cabeza legal o económico.

¿Y los auxiliares de seguridad? Aunque la ley no les pida TIP ni pólizas individuales, en Tecnosecurity no hacemos distinciones. Están incluidos en nuestras coberturas, porque al final el riesgo no entiende de categorías laborales. Así, todo el equipo que entra en tu empresa —vigilantes y auxiliares— está respaldado de la misma manera.

La diferencia es clara: sin certificaciones ni seguros, el riesgo recae sobre el cliente; con ellos, lo que tienes es un servicio profesional, regulado y protegido de principio a fin.

Preguntas frecuentes sobre vigilantes y auxiliares de seguridad

¿Un auxiliar de seguridad necesita TIP?

No. La TIP (Tarjeta de Identidad Profesional) solo se exige a los vigilantes de seguridad. Sin embargo, en Tecnosecurity damos formación interna a nuestros auxiliares para que trabajen con protocolos claros y aporten valor al cliente.

¿Qué funciones no puede hacer un auxiliar de seguridad?

El auxiliar no puede realizar intervenciones propias de un vigilante habilitado: cacheos, detenciones, custodia de objetos valiosos o acompañamiento armado. Su función es de apoyo: control de accesos, supervisión de cámaras, atención al público.

¿Cada cuánto tiempo se reciclan los vigilantes de seguridad?

La normativa obliga a un reciclaje anual de 20 horas de formación en un centro homologado. En Castilla-La Mancha, este reciclaje se centra también en nuevas tecnologías y protocolos de emergencia.

¿Cuál es la diferencia entre un vigilante y un auxiliar?

El vigilante está acreditado por el Ministerio del Interior con TIP y puede intervenir legalmente en situaciones de riesgo. El auxiliar apoya en tareas de vigilancia y atención, pero sin funciones de intervención. Ambos son necesarios, pero cada uno en su ámbito.

¿Qué seguros cubren a los auxiliares de seguridad en Tecnosecurity?

Aunque la ley no obliga, en Tecnosecurity los auxiliares también están incluidos en nuestras pólizas de responsabilidad civil y accidentes. Así el cliente tiene la seguridad de que todo el personal, sin distinción, está cubierto.

El compromiso de Tecnosecurity con la capacitación

En Tecnosecurity no creemos en el “cumplir y ya está”. La formación continua no es una casilla en un checklist, sino la forma de asegurarnos de que cada vigilante y cada auxiliar sabe cómo reaccionar cuando toca hacerlo. Por eso, además de los cursos oficiales y el reciclaje anual, organizamos sesiones internas, simulacros y entrenamientos conjuntos.

El resultado es un equipo que no solo conoce la norma, sino que trabaja coordinado y con confianza. Y eso, en la práctica, se traduce en menos improvisaciones, menos riesgos y más tranquilidad para nuestros clientes.

Conclusión

En Tecnosecurity lo tenemos claro: no basta con cumplir la ley, hay que ir más allá. Por eso invertimos en formación continua, cubrimos a todo nuestro personal con seguros y trabajamos para que cada cliente tenga la tranquilidad de saber que su seguridad está en manos de profesionales actualizados y coordinados.

¿Quieres un servicio de vigilancia sin improvisaciones y con todas las garantías? Contacta con Tecnosecurity y te asesoramos sobre la mejor solución para tu empresa o evento.